martes, 28 de julio de 2009

Quizás muera odiándote y entendiéndote a la vez bebé...


Él roba rosas por jardines de su barrio. La siesta es cómplice total y siempre hay alguien que lo ve, ríe sin querer volviéndose en el tiempo. Ella deshoja margaritas en su cuarto. Anoche lo trató tan mal y siempre Él vuelve a aparecer con ese "no qué" que la deja sin aliento. En sus brazos por primera vez... Un beso y es el infinito. No hay quien los pueda separar y alguna tarde hay algo más... Una magia sensual que corre por los cuerpos; Él busca formas de decirle que la ama. No sabe por dónde empezar, le lee poemas sin parar. Se quiere asegurar de que Ella siente lo mismo...

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